sábado, 30 de mayo de 2015

EL HONDO SILENCIO DE TODA LOCURA



Estos poemas de Orlando Valdez.

Lo que me asombra - y por su puesto asombrará al lector - es la aparición de un universo subyacente a la página, subliminal a la conciencia, en donde la labor del poeta se hunde para darle su lugar en el lenguaje.
ALBERTO LAGUNAS


EL COLOR DE LA NOCHE

todavía veneraba
cuando se iban
las estrellas
el color de la noche
la rompiente madrugada
el cantar
de golondrinas
y jilgueros
y el cielo
y el final
entonces
comenzaba
y el día
era de otros


GEMIDO DEL OTOÑO

ver/me/dentro
tus ojos/agua
entre
tus dedos/
gaviota
por tus labios
inocentes/instigadores
¿ inocentes/instigadores ?
yerto
el súbito
gemido
del otoño
tu cabellera/arena
y la lejanía
de un corazón


NO HABÍA HUELLAS

no había huellas
en la arena
el filo de un cuchillo
entraba como olas
dominante
cautivo
del silencio
después
un grito
de sangre
de otras noches
viento


Y DE ESTA LEJANÍA

silencio
de silencio dentro
aurora de un sueño
que de madrugada
olvidara el mar
centinela
el canto
del ave
la traición
en la rompiente
de una ola
y de esta lejanía
el sol


A LA HORA DEL SILENCIO

otro
es el que viaja
a no ser por el polvo
que me quita la vida
o el sueño
con su intención pasible
donde sea que vaya
a la misma hora de la siesta
siempre tarde
a la hora del silencio
uno
y un delito imposible


EN LAS CALLES EN LA NOCHE

el frío en las calles se agrava en la noche
del invierno hojas como animales
claman por la urgencia del alba
y la luna fuera de su menguante
entonces pregunto por mí y qué hay de mí
del suceso
y el hallazgo
de la luz de una vela
el estigma
y su sombra
escindido de tiempo


TRAZADA LA LÍNEA

no te distraigas dolor conmigo
que la muerte espera
de todos los lados por un mismo lugar
quiere el viento su lengua
el rojo prohibitivo
los restos de mar
y temo en el silencio vuelvas
con lágrimas que no sabré siquiera
con un Dios de la misma Cruz
que no sabe dónde se encuentra
lo más hondo del miedo
porque de esta noche
trazada la línea
no viene el otoño
el verde-azul ni el fuego del desvelo
tampoco cobre el horizonte


Y CUARESMAS

no soy
mi señor
del cielo
de parábolas
y cuaresmas
de la tierra
de los muertos
diafano
hermano
semejante
entre los vivos
y desconfío en mí
¡ ay, señor !


EL HONDO SILENCIO
DE TODA LOCURA


o de aurora
o de tormenta
da vueltas
da vueltas
como ave liberada
hasta que muerta vuele
o vuelva a la jaula
el hondo silencio
de toda locura
de sal en la lágrima
el hondo silencio
de toda locura
en la blanca lacrada hoja
dentro de la palabra
el hondo silencio
de toda locura


SUEÑO ENTRE SOMBRAS

no viene de ningún naufragio
no está náufrago
no es el primero
el segundo
o el tercero
es torrente
manantial
cántaro
y un sueño
entre sombras


GRISÁCEA

bajo la niebla
será partido
el verso
en marzo la luna de titanio
del horizonte picanesco
en junio el carmín
el poder de los grillos
tala el silencio por el límite
el azar el escondite
un muerto por siete colores
grisácea jamás avisa
empieza tibia
después arrebata
no teme quedar sin morada


QUEMANTE COMO ARENA

clamorosa del reloj
resguarda cenizas
dando como azotes
cruel confesión
ilumina el vestigio
del gato y la cornisa
pero devuélveme
quemante como arena
azarosa la mirada


Y SU SOMBRA OBLICUA

soy desde lejos una mirada
que no ve al suicida
en todo este silencio
que conozco mecedor
que reencuentro
en las esquinas
y que a nada parece
tiene muertos
y desaparecidos
esa violencia
y su sombra oblicua


EN LA TAZA FRÍA

que expire la noche
con sus colmillos de plata
que lejos de tus senos
en la taza fría
café
amanezca
y se rompa
esta vergüenza


EL SILENCIO DE CENIZA

qué será de las lilas
jazmines
hortensias
de los jamases
el esdrújulo ojalá
lejos
soberana
una imagen
repite
sólo a veces
a veces
el silencio de ceniza
que de carmín
creo aprehenderla
pero es más que eso


ELLA

I
ella no dijo mentiras
pero su tristeza el dolor
y todo su espanto
al final de la línea
donde la noche
es la reina
y del llanto niña

II
ella es la llave de la siesta
cuando la tarde se vuelve semilla
ella se va con el viento
por su vestido desnuda
ella es un río que no había
y está creciendo


RETRATO

I
sucumbe
ante el súbito
violento expirar
después rehuye
del antídoto permitido
del himen dulce
de la noche mansa
del vacío derramado

II
al viento de los locos
hizo una señal
una promesa
a la luna anaranjada
a la tierra el amor
pero no respondió
a la mirada del retrato


OCASOS

I
acrecienta
ilumina
cornisas
dando
en invierno
y nada conmueve
los catedrales ocasos
cuando doliente trasvasa

II
a nadie pertenece
el péndulo azul
que de fuego nace
y muere candente
a ninguno
la piedra
de la amenaza



VUELA

I
no es un sueño
otra mentira
que homicida
arrancara el sol
tan sólo así
posible
como un disparo

II
arde
quema
el péndulo de sal
vuela de azul
como antídoto
en la noche
el viento
de ningún naufragio


EN EL ASPERO NAUFRAGIO

contengo
mis pupilas
buscando
algún
hipocampo
una sirena
del silencio inerte
rescatar la fantasía
el esperma intenso
un poema
en el áspero naufragio


EL FILO TITANIO

el filo titanio
de la mañana
agudiza el breve
y revolucionario
espacio hiriendo
de muerte
labios distantes
en sonido dulce
en silencio viejo
buscándose


Y SIN BRÚJULA

la sombra blanca
de un sueño descalzo
delira en un costado de la noche
revuelve los escombros
y el oxido de un filo senil
que el espejo resguardara
de su vergüenza
insomne
y sin brújula



BAJO LA MISMA CRUZ

retorna los ojos a tus ojos
y mira ve
deshuesa el siglo
de los siglos
el oxido el antídoto
estamos vivos
bajo la misma cruz
al borde del límite
masticando el perdurable
y silencioso olvido
pedazos
tras
pedazos
resucitando lágrimas
en este frío tan empírico como pertinente


HOMBRE

I
hombre sin nombre
de rojas retinas
revuelve el frío de veneno
sin que la dolencia rompa
el silencio marfil

II
nació
no sabe dónde
cambiaron
su roja voz inalienable
por otra sin color
sus letras de flechas
su vista de explorador
se miró se vio
a su costado
enmudecido


CALMA

I
una lágrima
silenciosa
herida
se derrumba
ante la sombra
que soborna
por la sal derramada

II
la mitad de la palabra
es un largo
largo silencio
clavado en los ojos

III
mi lengua
no tocó
el fervor inútil
de permanecer
ante la calma
nada merezco
nada venero

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo, no te encuentro en el correo. Algo habrá pasado así que quería ver como estabas.

ade dijo...

- Y es tan hondo que nos aturde y nos plasma. Exelente tu poesia.

Silvia Loustau dijo...

Orlando tu poesía tiene la magia de la brevedad y encerrada en ella mundos por descubrir. Un saludo desde Mar del Plata,


Silvia Loustau

Anónimo dijo...

Tu obra da sentido al y en el género, te felicito, es muy bueno el libro...
En mi blog he subido algunas de tus creaciones, gracias por compartirlas.

Ricardo Costa Brizuela
http://www.delcangrejoalasopa.blogspot.com/

María Belén Mantenberg dijo...

Hermosos poemas, felicitaciones!Saludos y espero que sigas subiendo

bsaeg77 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Querido Orlando, le solicito una dirección de correo personal ya que Chiqui González quiere agradecerle por el libro "el mezquino trazo del acto" que le ha hecho llegar.
La puede enviar a cbgarcia@santafe.gov.ar
Gracias.

Orlando VALDEZ dijo...

Estimada/o anònimo.
A continuación paso mail:
ovaldez@terniumsiderar.com
agradeciendo una vez màs el hecho receptivo y la deferencia de siempre.
Slds

Gaby Venesia dijo...

Lo bello lo profundo, atraviesa...lo no explícito, inspira... Estas sensaciones me generan estos poemas. Gracias

orlandovaldez536@gmail.com dijo...

Qué bueno. Me alegro mucho muchísimo. Gracias por tu paso.